Los juegos de azar siempre han sido analizados y estudiados por matemáticos. Es que la relación entre azar y probabilidad es fascinante, y siempre se ha tratado de encontrar sistemas que aumenten nuestras probabilidades de vencer al azar.
Hay juegos de casino, como el blackjack, en que el jugador tienen esa posibilidad, usando ciertos métodos y sistemas estratégicos por los que se puede reducir al mínimo la ventaja de la casa e incluso volcarla a favor del jugador.
En otros juegos la situación es diferente con respecto a la ventaja de la casa ya que no sólo se trata de probabilidades: se trata de las reglas del casino para cada juego que impiden cualquier posibilidad de que la ventaja sea para el jugador: siempre va a existir un pequeño porcentaje a favor de la banca, por eso la banca nunca quiebra, siempre gana.
En la ruleta sabemos que la ventaja del casino es del 5.26% (en ruleta americana). Ahora bien: supongamos que apostamos a 2 columnas, con lo que cubrimos 24 números de 38. Teóricamente las probabilidades están a favor del jugador. Sin embargo, aunque todos los jugadores de ruleta hicieran esta apuesta y sólo ésta, siempre, el casino igual ganaría. Uno de los motivos es el “payoff”. ¿Qué es esto? Es el pago que recibimos cuando ganamos. El payoff se relaciona con las probabilidades de ganar. Sin embargo, los casinos nunca pagan las probabilidades reales, sino un poco menos. Ahí va una parte de las ganancias del casino. Supongamos que jugamos a pleno, en ruleta americana de 38 números: el acierto debería pagarse 38 a 1, y no 35 a 1 como sucede en la realidad. ¿Nos vamos entendiendo?
Las ganancias del casino están calculadas estadísticamente: en una determinada cantidad de jugadas, el casino sabe cuántas veces ganará y cuántas perderá, y los pagos se calculan de acuerdo a estas estadísticas. En 38 vueltas (siempre hablando de ruleta americana), suponiendo una apuesta a 2 columnas, la banca perderá 24 veces, 12 unidades cada vez (que es lo que paga por una apuesta de 12) o un total de 288 unidades; y ganará 14 veces a 24 unidades cada una (2 apuestas de 12 unidades cada una), o un total de 336 unidades. El margen de ganancia es de 48 unidades. Creo que es claro.
También hay que tener en cuenta el porcentaje de pago, esto es, la cantidad de dinero que el casino debe devolver en forma de premios. Por lo general ronda el 95% de lo apostado. Ahí tenemos ese 5% de diferencia, ganancia para el casino.
Y también existe un concepto llamado “vigorish”, que es como una especie de tarifa que los casinos aplican a ciertas apuestas, así el jugador gane o pierda. En algunos juegos como el Baccarat el vigorish lo paga sólo la apuesta ganadora.
Resumiendo: ganar en el casino es un eufemismo; podemos ganar alguna vez, pero, a la larga, será el casino quien gane. Siempre.