Algo más sobre las tragamonedas

Uno de los consejos que escuchamos habitualmente acerca de las apuestas en tragamonedas, es que debemos apostar la cantidad máxima de monedas. Es cierto que conseguiremos el mayor retorno si jugamos más monedas, pero siempre debemos estar atentos a nuestro bankroll.

Si no vamos a apostar el máximo, entonces no deberíamos jugar en tragamonedas progresivas. Y tampoco en aquellas tragamonedas en las que es necesario apostar el máximo para desbloquear los símbolos ganadores.

Sin embargo, muchas tragamonedas online no tienen una desproporción abismal entre la cantidad de monedas que debemos apostar para ganar el jackpot, y las que apostaríamos por jugar con menos líneas de pago. Tampoco hay una gran diferencia en el pago que recibimos si hacemos apuestas más altas. Pero todavía hay más para decir acerca del modo en que apostamos.

Encontramos tragamonedas online que tienen hasta 100 líneas de pago, con más de 200 combinaciones ganadoras, por ejemplo; pero los premios que conseguiremos sí tienen relación con el modo en que apostamos. Podemos apostar a algunas de las líneas de pago, a todas las líneas, distinta cantidad por cada línea…

No es cierto que, si el premio de una tragamonedas va a salir, saldrá sin importar la cantidad de monedas que juguemos. Si activamos sólo 10 líneas de pago en una tragamonedas no progresiva de 50 líneas, no ganaremos el premio que corresponde a las 40 líneas restantes. Es decir, que tenemos 1/5 parte de las probabilidades de ganar que tiene alguien que apuesta en las 50 líneas.

Si alguien apuesta por línea cinco veces más que nosotros, y nosotros apostamos en cinco veces más líneas, finalmente estaremos apostando la misma cantidad de dinero, pero los resultados serán más volátiles en el primer caso.

Si para conseguir un bonus es necesario conseguir determinados símbolos, es mejor apostar a todas las líneas, que apostar más dinero en menos líneas. Quienes deciden apostar más dinero por línea se darán cuenta de que los bonos aumentan en forma proporcional a la cantidad de dinero apostado.

Cuando jugamos en tragamonedas progresivas con jackpots acumulados, es necesario hacer determinada apuesta para jugar por el jackpot. Quienes apuestan más, tienen más probabilidades de ganar en las tragamonedas progresivas porque cada crédito extra es una posibilidad más de disparar la combinación ganadora.

Como en las tragamonedas con jackpot una gran parte de los pagos está “atada” al bote progresivo, dan menos premios entre jackpots que las no progresivas. Si no queremos apostar la cantidad de dinero que requieren las tragamonedas progresivas para el jackpot, entonces es mejor elegir cualquier otra tragamonedas.

El control en la ruleta

Los aficionados a la ruleta saben que deben aceptar una serie de pérdidas para obtener alguna ganancia razonable. La mayoría piensa además, que tienen todo bajo control, porque saben en qué momento abandonar el juego, cuando las pérdidas dejan de ser aceptables.

Para algunos jugadores, “saber cuándo dejar de jugar” significa jugar mientras ganan y dejar de jugar cuando comienzan a perder. Este estilo de juego permite preservar las ganancias y limitar las pérdidas. Por lo general, tendrán alguna gran ganancia que les permitirá soportar pérdidas menores.

Para otros, será guardar las ganancias pero seguir jugando cuando pierden, con la esperanza de tener otra racha ganadora que les compense lo perdido. Este estilo también puede dar buen resultado, ya que las rachas perdedoras largas no son frecuentes y, mientras haya pequeñas ganancias consistentes, se puede recuperar dinero.

Sin embargo, son relativamente pocos los jugadores de ruleta que adhieren plenamente a uno de estos estilos. La mayoría de los jugadores navegará entre ambos durante una misma sesión de juego.

Nicholas Barberis, investigador de la Universidad de Yale, tiene la teoría de que los jugadores de ruleta se manejan según algo llamado “teoría de la posibilidad acumulativa”, cuando de ponderar riesgos se trata. Este comportamiento se basa en el hecho de que los jugadores se manejan con una “impresión” o “intuición” de sus probabilidades, más que con una evaluación objetiva de las mismas: los hechos de baja probabilidad real son subjetivamente considerados como más probables de lo que realmente son, y viceversa.

Del mismo modo, la valoración de las ganancias se considera de modo subjetivo: un aumento de ganancias de $1000 a $2000 se considera menos “valioso” que uno de $0 a $1.000. Esto provoca que, a medida que sus ganancias suben, los jugadores de ruleta y otros juegos de casino comiencen a correr más riesgos. Pero, por otro lado, los jugadores se muestran, en general, más sensibles a las pérdidas que a las ganancias: así como el placer de ganar disminuye cuanto más se gana, la desilusión de perder aumenta cuanto más se pierde. El jugador no admite la derrota y busca recuperarse como sea.

Uno de los enigmas que corroe a los jugadores de casino es el no poder saber qué hubiera pasado si, en lugar de dejar de jugar, hubiesen continuado en la mesa: quizás hubieran ganado una pequeña fortuna si hubieran seguido jugando en esa mesa de ruleta caliente y abandonando cuando comenzaba enfriarse… De hecho, al abandonar la mesa alteramos el futuro del juego. Por lo tanto, el “qué hubiera pasado” en realidad no existe.

Todo se trata de una decisión que debemos tomar sin arrepentimientos.

Inicios de Casino

El significado etimológico de la palabra casino proviene del italiano quiere decir Casa de Campo. Esto es porque los primeros casinos estaban situados en villas rurales de la Italia antigua. Eran lugares frecuentados por la nobleza y la clase media alta como sitios de entretenimiento y ocio.

Después estos casinos pasaron a ubicarse en ciudades y allí se popularizaron con los juegos que todos conocemos en la actualidad como el poker, blackjack, ruleta, dados, baccarat y las tragaperras, entre otros juegos de azar.

Los problemas entre los casinos y los gobiernos existen históricamente como lo podemos ver hoy. Los juegos de azar han venido sufriendo la represión y la prohibición en toda su historia.

En esto ha jugado un rol muy importante la religión ya que se ha tratado de vincular a los juegos de azar con las malas costumbres y el vicio.

Si bien es cierto que los juegos de azar y los casinos pueden tener consecuencias para una persona que no se controla en el juego, también es cierto que han sido parte de la cultura e inclusive los casinos y los juegos de azar han contribuido a la economía de los países.

El juego en casinos en Florida

El juego en Florida

El juego en Florida ha tenido una extensión y comprende casinos de las tribus seminola, hipódromos, frontones jai-alai, canódromo, que han aportado a las arcas estatales 5 millones de dólares durante el período 2006 – 2008-

Este período que ha sido el electoral se ha caracterizado por las contribuciones no solamente al Estado sino a las campañas electorales de políticos por parte de la industria de los juegos de azar.

La gran generación de puestos laborales que se crearon a partir de la puesta en marcha de la industria del azar ha contribuido al desarrollo de la sociedad y el estado de Florida.
Ya se está pensando en seguir aprobando leyes que permitan extender el juego de azar y la instalación de nuevos casinos, con máquinas tragamonedas, bingos, poker y blackjack así como juegos de dados y ruletas.

Hay una propuesta en concreto que se basa en ampliar los casinos de los seminolas y dentor de la oferta de juegos de azar estarían varios juegos como:
tragamonedas, frontones de jai-alai, pistas de carreras, canódromos y ruletas

Con estos nuevos casinos se estaría recaudando más dinero e incentivando aún más a la economía. Hay voces que se oponen al progreso que supone ampliar la industria del juego ya que según ellos se vería mal la influencia que el mercado del juego tiene sobre la clase política.

Los dados y la mente

Muchos especialistas han dicho que, dependiendo de la manera de desarrollar su juego y apostar de una persona, podemos saber bastante acerca de la psicología del individuo.

Un claro ejemplo es el candidato de las últimas elecciones estadounidenses, John Mc Cain, quien es un jugador de dados que jugaba hasta 14 horas seguidas.

Según las estadísticas, hay algo que se llama “valor esperado”, aplicado a los dados,  que sucede cuando un jugador pasa mucho tiempo jugando. En ese caso, es bastante probable que pierda el dinero, ya que la casa va a terminar teniendo más ventaja sobre el jugador, cuanto más tiempo pase éste apostando. Si jugamos durante un período más corto, tendremos más chances de ganar.

Según varios estudios, también hay “rachas” tanto para la victoria como para la derrota.

Por este motivo se dice que un jugador que realiza apuestas durante un tiempo muy largo, no está previendo las posibilidades reales.